martes, 16 de marzo de 2010

Renegación

Parece que a pesar de todo no me he dignado a entender que no siempre todo lo que deseamos ocurre o se obtiene.

Me da muchísima rabia el pensar que sea tan obstinado, que aún no pueda dejar de imaginarme la fragancia de tu cabello, que pueda oler esa inexistencia en el viento, que aún mis dedos recuerden el tacto de tu piel que nunca llegó a tocar...

Que pueda ver cómo me reflejo en tus ojos, escuchar tus palabras mudas dedicadas a mí, que mis ojos recorran las líneas que tus puños han escrito.

Calmar tus ansias, luchar con tus temores, pero ni siquiera he podido luchar contra los míos.

Dentro de mi psicología no está la palabra "no". Porque me niego de las cosas antes de que lleguen a lastimarme. De ese modo todo es más fácil: porque con la indiferencia nada es tan importante como el propio bienestar, nada va a importar más que mantener el temple frente a todo.

Quisiera realmente que cuando digo "no me importa" sea cierto.

Que cuando digo "no lo haré más" sea así.

Pero sigue importándome, sigo haciendo cosas que me lastiman y lo peor, es que sé que me lastiman pero el dolor es un justo castigo.

Así es y así será.

Ahora hay que emprender el largo camino al renegar.

0 comentarios: