sábado, 12 de diciembre de 2009

Divagaciones cursis de una mente atormentada

Ésta es una sensación estúpida que me eriza los vellos y me anuda la garganta. Ésta noche fría, donde el viento es estático, en ésta noche fría te traje a mi mente como el recuerdo de manos calientes sobre mi rostro.
¿Por qué he decidido ser tan estúpido? ¿Por qué me he arriesgado en una aventura que reporta como tesoros cofres vacíos y promesas sin futuro? Yo te quería, yo te quiero y no evito que tu recuerdo me aplaste los pensamientos.
Ese recuerdo inmaterial del que tantas veces he hablado en el pasado, del que tantas veces me aferré para estar a flote. Una ensoñación acuosa que se deslizaba como viento entre mis dedos.
El palpitar de mi corazón hambriento y los rugidos de mi garganta sedienta de un amor en el que creía tanto que me hacía pedazos el desvivirlo.
Yo lo llamé estupidización, ¿lo recuerdas?
Tal grado de estupidez no puede ser remediado con una simple lección. Un alumno duro como yo requerirá mucho tiempo. Y aunque parezca que hago grandes avances, éste maestro sabe que no es así. El remedio debe ser prolongado.
Sabes que siempre he dicho que no te falta inteligencia. Yo sé que aprendes más rápido que yo.
Es genial que te estupidices por alguien que no soy yo. Pero yo no creo que pueda hacerlo como antes.
Pensar que un mero recuerdo ha traído una cola de sentimientos...

1 comentarios:

Kikyo dijo...

Que triste T_T

Tan lindo y bien escrito como siempre *-*

Te quiero mucho

Kissu ^o^