domingo, 26 de julio de 2009

Viaje astral

No vas a creer lo que te estoy contando, pero ayer mientras dormías te besé.

Enfrascado en la profundidas de mis sueños, me entrometí en los tuyos y te encontré (espero no te moleste).

Era un día de primavera y césped verde y como una flor crecías radiante y bella. Fue tan simple, tan simple: tomaste mi rostro y besaste mis labios. Y yo como encantado los toqué, grave error.

Abrí mis ojos y me encontré en la penumbra de mi habitación con las sábanas de mi cama revueltas. El sol no despuntaba y el frío en el aire transformaba el vaho en escarcha. Giré sobre mi cuerpo y volví a cerrar los ojos, sabiendo que no te volvería a encontrar.

¿Un sueño?

Claro que lo fue, era demasiado dulce para ser verdad.

Pero antes de convencerme de eso, llevé una mano a mis labios para decirte sobre mi corta visita en un susurro.